En el mundo de las inversiones, una tendencia que ha cobrado gran relevancia en los últimos tiempos es la adquisición de fracciones de inmuebles. Esta modalidad implica obtener o tener la opción de compra de un porcentaje de una propiedad inmobiliaria. Esta acción se realiza a través de empresas especializadas que se encargan de administrar estas inversiones.
Esta práctica ha ganado popularidad por diversas razones, siendo dos de las principales el auge de las herramientas digitales y el cambio en las dinámicas financieras. En primer lugar, la tecnología ha permitido a los inversionistas seleccionar los inmuebles en los que desean invertir, configurando así su portafolio de inversiones de acuerdo a sus preferencias y estrategias. Por otro lado, las altas tasas de interés en los créditos hipotecarios han desincentivado las inversiones apalancadas de grandes sumas de dinero, lo que ha llevado a explorar alternativas como la inversión en fracciones de propiedades.
Al embarcarse en inversiones fraccionadas, es esencial considerar tres elementos fundamentales: el modelo de negocio, el tipo de inmueble y el gestor responsable:
Modelo de Negocio: Dependiendo del modelo adoptado, ya sea basado en arrendamientos a largo plazo o en la renovación y venta rápida de propiedades (flipling), la rentabilidad variará. En el caso de arrendamientos, la rentabilidad se fundamentará principalmente en los ingresos recurrentes, mientras que en el flipling, estará ligada al tiempo de reventa y al margen neto.
Tipo de Inmueble: La rentabilidad esperada debe estar acorde al nivel de riesgo. Por lo general, invertir en viviendas puede ofrecer una rentabilidad más moderada, ya que conlleva un menor riesgo en comparación con las inversiones en oficinas o propiedades industriales.
Gestor de Inversiones: Existen dos tipos de gestores: los intermediarios, que conectan a los inversionistas con los operadores del negocio, y los operadores directos, encargados de llevar a cabo toda la gestión del negocio.
Desde la perspectiva legal, es importante comprender que las inversiones en fracciones de inmuebles no son fondos inmobiliarios supervisados, dado que no involucran la gestión de un fondo común, sino operaciones específicas en cada propiedad. Por esta razón, es fundamental examinar detenidamente la trayectoria de los gestores y las garantías que ofrecen en cada transacción.

En resumen, las inversiones en fracciones inmobiliarias representan una interesante alternativa para diversificar y participar en el mercado inmobiliario de una manera accesible y adaptable a las preferencias individuales de inversión.
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